Negocios con china

Se encontraba frente a la casa china. Quería hablar de negocios y ver si podía negociar ciertas cosas con yao, capaz podría.. capaz no. Nunca pensó en negativo, siempre fue optimista, entonces sonrió y golpeó la puerta, esperando la llegada de alguien.

El Chino se apuro hacia su entrada principal al escuchar golpes en la puerta, la abrió lentamente asomándose para ver quien era el que se encontraba del otro lado, se sorprendió al encontrar ahí al Español puesto que pocas veces recibía vistas de Europeos ahí, abrió la puerta por completo y le saludo –Buenas tardes, España-san, hay algo en lo que pueda ayudarte aru?- pronuncio mientras hacia una pequeña reverencia invitándolo a pasar.

-Muchas gracias- musitó este al ver el ademán del chino. Traspasó la puerta y luego quedó sorprendido por todas las cosas que había en aquella casa. Siempre admiró la cultura asiatica, pero la que más le gustaba era la china por los colores rojos que combinaban mucho con el dorado. -¡wow!- admiró una estatuilla que estaba cerca de la puerta.
-Bueno, para lo que venía era por lo siguiente, Yao..- continuó a la par que se sentaba en no sé donde de la sala -Mira, estoy viendo que tienes tus barrios chinos por todos lados, hasta he ido a los estados unidos y he encontrado mercancía tuya allí..- arqueando la ceja -pero ¡hombre! qué ostias! tu producción te está llevando a ser la potencia, tio!- admiró por que era cierto, tanto barrio chino que hasta habrá más en otros países que en su propio país.

Después de que el español diera un corto paseo por su corredor, le invito a sentarse ofreciéndole un sillón cercano a una de las sillas de su sala para escuchar hablar a su intercultor. No sabia que si sentirse halagado o si estar avergonzado por la cantidad de casas de campo que tenia alojadas en todo el mundo las cuales le eran recordadas en este momento –bueno respecto a la producción, aru, pues se debe a la gran de habitantes que viven aquí, ellos necesitan trabajar para vivir aru, por lo tanto la producción es equivalente a la mano de obra aru- dijo realmente sin saber bien que responder al comentario de Antonio.

-jajaj sí, me ha dado cuenta de eso- sonrió al ver que el chino se estaba poniendo tenso, él no vino aquí para pelear ni nada por el estilo, sólo para hablar de negocios y divertirse con el chico. -Ya, lo que te quería ofrecer era vender estos deliciosos tomates en tu barrio- sacó del bolsillo un par de tomates bien maduros -Se venderían bien, además son deliciosos- sonrió de nuevo, esbozando una sonrisa, tendiendole un tomate al oriental.

Tomates aru?- pronuncio el chino tomando uno de ellos entre sus delicadas manos –debo admitir que es bonito, aru- dijo observando al tomate cual si fuese un juguete realmente adorable. –Esta bien aru, lo venderé por ti aru- le dijo sonriéndole un poco al español mientras cerraba sus ojos.

-¿¡De verdad!?- dijo mientras saltaba de alegría como un niño pequeño y abrazaba al chino que había aceptado el trato, aún así concluyó -Tendrás el 30% de las ganancias-
concluía mientras se pasaba de mano con él y lo abrazaba de nuevo, sonriendo muy alegre.

La cantidad me agrada aru- dijo mas tranquilamente el chino tratando svergonzado de mantener un poco de distancia del español, por lo general no le permitía a casi nadie invadir de esa manera su espacio personal y menos a alguien que conoce tan poco.