La partida de Sacro Imperio Romano

Austria desperto muy temprano ese dia. Ayudo a Hungria poner todo listo para el desayuno, ese dia, haria algo especial con los jovenes de la casa, irian a comprar un arbol, un arbol de navidad. Ya la fecha se acercaba poco a poco y Hungria creia que lo mejor, para poder hacer la convivencia mas aromoniosa y el ambiente menos triste, algo de alegria navideña seria lo mejor. Austria no solia mostrar sus sentimientos y menos expresarlos de otra manera que no fuera el piano, asi que le costaba algo hacer ese tipo de actividades. Hungria fue a despertar al Italiano pero, el castaño no se encontraba en su dormitorio, su mente perspicaz rapidamente fue a dar al cuarto de "West". Abrio lentamente la puerta, encontrando la hermosa escena frente a sus ojos. -Nee... Italia, buenos dias- susurro esperando no asustarle de esta manera, sonriendo tiernamente.

Ingreso a la habitacion con su usual aura seria, miro al castaño que se habia asustado con su presencia -Buenos dias Italia- saludo de manera correcta mientras veia al pequeño West seguir durmiendo, acercandose a moverle un poco -Buenos Dias West- pronuncio mientras que el rubio poco a poco abria sus ojos, encontrando al Austriaco y al Italiano en la habitacion. -Deben preparase y abrigarse bien, hoy, saldremos a comprar un arbol de navidad- se arreglo las gafas mientras que, el italiano, en sus ojos brillaba algo, era un destello de felicidad, como todos saben, Italia amaba la navidad, siempre era el primero en recordarla.

-Se ve bien ese no?- se acerco a ver el arbol, era de muy buena apariencia, se acerco a observar el precio... Estaba en oferta! que buen golpe de suerte para el. -Te parece este??- pregunto al castaño quien observaba el arbol totalmente emocionado. Cuando le vio asentir de manera entusiasmada, decidio comprar ese. -Disculpe, nos llevaremos este- indico al dueño del local. -Mientras que lo suben al carruaje... quieren ir a dar una vuelta?- pregunto mientras caminaban por los pasillos, pero iba cerca de estos por que Austria solia perderse en los grandes almacenes, bueno, y en los pequeños tambien jajaja.

-West!- grito el austriaco preocupado, tomandole de la mano. -Obaka-san, no debes alejarte de esa manera- le regaño de manera que este solo agacho la cabeza, aunque no era realmente por el regaño, haciendo sentir algo mal al austriaco. -Bueno... mientras no lo vuelvas a hacer esta bien- se dirigieron a donde Italia se encontraba, el castaño guardaba en una bolsa sus pinturas y demas cosas de trabajo para sus obras de arte, cuando un curioso olor a dulce invadio el lugar.

-Umm... creo que han de ser algunas galletas, eso creo... quieren ir a probar algunas?- les miro esperando una respuesta.

Se acerco a ver si se encontraban bien los menores, habia comprado varios pastelillos deliciosos, y pensaba comerlos junto con ellos, sentandose en una mesa que se encontraba fuera del local. -Vamos, no quiero que se pierdan... ah, toma italia- saco un pequeño pañuelo. Aunque no era muy bueno para percibir los sentimientos de los demas, podia ver en su rostro el sentimiento que le embargaba, para el, eso era obvio.

-West, no te quedes atras...- volvio para tomar la mano del rubio y sentarse en aquellas mesas afuera del local para comer despacio algunos pastelillos, difrutando de aquel espiritu que se percibia en el ambiente, las personas reian y se veian felices, algunas parejas tomadas de las manos y demas cosas similares, aunque soplace un pequeño viento frio, era algo acogedor el momento.

-Cuando sintio el saco, rapidamente busco el dueño de este chocando con el rostro aún inexpresivo West, se acerco a este ya que el Italiano se encontraba alante del germano- ¡Gracias! -Le dijo lo suficiente fuerte para que lo oyera West y lo suficiente bajo para que no le oyera el austriaco, tomó la mano de este- ¿Pero... tú no tienes frio...?-dijo con una mirada de preocupación, bueno no esperaba respuesta alguna, pero minimo un movimiento de su cabeza le era suficiente, antes que respondiera el rubio, sí respondia, Italia brindole así calor corporal-

-esperaba que Austria-san y los pequeños regresara estaba preocupada ya que era algo tarde y comenzaba a hacer frio-
*espero esten bien....y que Austria-san no halla sido muy tacaño con el arbol!!.....no ocurrira un milagro navideño y west nos recordara?* pensaba con una mirada algo triste

Spoiler:

No era solo el sonrojo que le provocaba el rubio, al mismo tiempo nerviosismo al tenerlo de cara a cara ¡Cuantas cosas no le hacia sentir ese rubio!, llevó una de sus manos al rostro de West la distancia de ellos disminuia cada momento, el momento perfecta sin duda alguna, con una mirada se dice muchas cosas ¿no es así?
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Spoiler:

Tantos asuntos sin importancia y demás comenzaban a sacarle de sus casillas, en especial con el frio que empezaba a aparecer con más fuerza. –Disculpen, trataremos este asunto otro día en mi mansión, con una taza de café. Con su permiso-
Se despidió lo más rápido que pudo, no quería tener que lidiar con fastidioso trabajo, deseaba llegar rápido a su hogar, a tocar un poco sobre su amado piano. Pensaba en Hungría, quien seguramente se asomaría repetidas veces por la ventana, en espera de su llegada. Una pequeña sonrisa apareció sobre su rostro al pensar en ello, pero gracias a su bufanda, no la dejaría ver a alguien. En un momento hacia el carruaje, después de haberse librado de aquellos molestas personalidades, le recorrió un escalofrió. Tomo su abrigo, en un acto reflejo, se abrazo asimismo y precisamente, en ese instante, el recuerdo de Gilbert paso por su mente. Su rostro rápidamente reacciono ante ello, haciendo una mueca de enojo, seguida de una pequeña coloración en sus mejillas. Solo maldijo entre dientes a aquel recuerdo que se atrevió a pasar por su cabeza, pero era algo inevitable pensar en la semejanza de la nieve con aquel prusiano. Llego rápidamente hacia el carruaje, quedando un austriaco muy sorprendido al encontrar tal escena tan conmovedora, mas se quedo observando sin musitar palabra alguna
-…-

Spoiler:

-caminaba de un lado a otro y swe asomaba por la vwentana repetidas veces esperando impacientemente a que regresaran-
*la impaciencia me esta matando... ya se!! mejor ire a cocinar!*-y habiendo pensado esto se fue a la cocina-

Vio como rodo el objeto abriendo los ojos demasiado sorprendido al escuchar la melodía

-Lo conozco...yo lo he escuchado..-Pensó, mientras dirijia la vista que estaba entrando, levanto aquella cajita musical estando en sus manos lo observo examinando cada detalle, pero en ningún momento hizo que se detuviera la melodía no tenía palabras para explicar lo sentía-


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Se coloco entre los pequeños, el italiano a su derecha y el pequeño germano hacia su izquierda. Por lo menos, así tendría calmado al pequeño rubio (¿?). Se encontraba algo sonrojado por la pequeña escena, pero decidió que no le daría mucha importancia, después de todo eran menores y quizás no sabían lo que hacían. Le paria que dar una charla sobre la sexualidad y demás le parecía algo tedioso y muy vergonzoso, quizás le pediría a Hungría que lo hiciera por él.

Pensaba en Hungría, quizás ya tenía la cena lista y en su rostro asomándose por la ventana, buscando la figura del carruaje con la escoba en mano. “Como se encontrara el prusiano?”… era una pregunta que le molestaba en todo su ser y que trataba de evitar, pero se atrevía a cruzar su mente y quizás su corazón. Solo hizo una mueca muy molesta por aquello, asustando un poco a los menores.

El árbol ya estaba atado sobre el carruaje así como las pinturas y pinceles del italiano, estaban listos para emprender el viaje de vuelta a su casa. Soltó un pequeño suspiro entre el silencio algo incomodo entre los 3. No era una clase de persona generosa, ni que se compadeciera de los demás tan fácilmente, pero Austria solía demostrar algo de su afecto en pequeñas acciones como aquella. Saco de su bolsillo unos pequeños dulces que le habían regalado a los menores (si, sigue siendo tacaño hohoho) y coloco aquellos en las pequeñas manos de los chicos. –Tomen- .

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-Se dio cuenta del ofrecimiento del otro chico- ¿aah?...-dandose medio vuelta, acercandose a este- No... tú comelo es tuyo...-Decía mientras que tomaba la mano del rubio, cerrandola con el dulce- Grazie, pero es tuyo...-Le dijo con la aquella sonrisa que lo había cautivado, pero sin sontarle en ningun momento- ._.

Spoiler:

Parecian muy entretenidos, sin contar al austriaco que se encontraba enmedio de los 2, bloqueando cualquier cercania. Miraba que estaban casi por llegar. -Cierren bien sus abrigos, ya llegaremos pronto y no quiero que se resfrien- aseguro mientras arreglaba su saco.

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Si~.. Austria-san~..-Cauturreo el pequeño, para luego dirijir su vista hacia el rubio que practicamente le daba la espalda (?)- ¿O..curre... algo...?-Pregunto algo nervioso, por la respuesta del otro (?)-
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